dPosta – El Gobierno extenderá la rebaja temporal de retenciones para la cosecha fina -el trigo y la cebada- hasta el 31 de marzo de 2026, anunció el ministro de Economía, Luis Caputo.
La medida no alcanza a la soja, el maíz, el girasol, el sorgo y todos sus subproductos, que a partir del 1 de julio pagarán nuevamente derecho de exportación a valores de principios de año.
“Las exportaciones de estos productos y sus derivados acumulan alrededor de US$ 4.000 millones por año, cerca de un 5% del total de las exportaciones argentinas”, dijo Caputo.
La Cámara de la Industria Aceitera (CIARA) salió a respaldar la medida. “Celebramos la decisión del Ministerio de Economía de extender la baja de retenciones. Es el camino correcto”, dijo la entidad.
Pero consideró que “sería deseable que hagan lo mismo con los granos de la cosecha gruesa -soja y maíz- que tienen alto impacto en la producción y exportación en la Argentina”.
La liquidación de agroexportadores en abril fue de US$ 2.524 millones, lo que implica un alza interanual de 32% y de 34%.
De esta forma, el acumulado del primer cuatrimestre muestra una mejora de 35% frente al mismo período del año pasado.
Preocupación por las lluvias
El ministro Caputo quiere saber cuánta soja no se ahogó. Más de dos tercios de la soja seguía pendiente de cosechar en zonas particularmente afectadas: en el norte y, en especial, en el nordeste bonaerense.
El Gobierno de Javier Milei pide constantemente a las Bolsas estimaciones acerca de en cuánto impacta el fenómeno meteorológico en la zona núcleo, donde se aguardaba la segunda mejor cosecha de la historia, a fin de replantear cuántos dólares quedarán en consecuencia.
En los próximos días, inclusive, las bajas temperaturas pronosticadas podrían, en muchas franjas, derivar en heladas y añadir incertidumbre.
Los expertos advierten que, “mientras no se resuelva este sistema que afecta al sudeste y siga entrando aire húmedo del Atlántico, la situación problemática puede continuar”.
Hasta el momento, “estimaciones preliminares indican que más de dos tercios del cultivo seguía pendiente de cosechar en zonas particularmente afectadas por las lluvias; esto es el norte y, particularmente, el nordeste bonaerense”, dice el reporte.
Los propios agricultores también están ansiosos por determinarlo, pero saben que hasta que no cesen las lluvias y sequen los cultivos para que puedan mejorar las condiciones del suelo y de granolas, las cosechadoras no podrán reingresar al trabajo.
De modo que no será posible estimar las pérdidas y calcular cuántas de las 50 millones de toneladas pronosticadas antes del flagelo climático quedaron bajo el agua.
Sin cosechar
Aún permanecen sin cosechar en las zonas afectadas cerca de un millón de hectáreas de soja y maíz, de los 18 millones sembrados, pero aún ni los productores ni mucho menos las bolsas regionales “pueden dimensionar con mayor precisión el impacto final de este evento sobre la producción”, según el relevamiento realizado por la Bolsa de Buenos Aires.
La región más comprometida es el norte bonaerense, donde restan por recolectarse aproximadamente 530.000 hectáreas de soja, las cuales podrían presentar algún grado de afectación.
El avance de cosecha se aproxima en esa zona al 90%, con remanentes correspondientes principalmente a planteos tardíos y de segunda ocupación, los cuales abarcan una superficie estimada restante de ser cosechada en 120.000 hectáreas.
Por otro lado, aunque los acumulados fueron inferiores, en parte del oeste bonaerense las precipitaciones sumaron entre 80 y 100 milímetros, con 730.000 hectáreas aún pendientes de recolección.
Si bien todavía resta por cosecharse una mayor superficie en esa área, no se esperan mermas productivas significativas a nivel regional para este cultivo.
Fuente: N/A