


dPosta – El pasado martes se desató un escándalo en el Hospital Gobernador Centeno de General Pico, luego de que una empleada realizara una poda drástica e injustificada sobre un caldén que había sido plantado hace 19 años, en conmemoración del centenario del establecimiento. El árbol, protegido por un cerco de hierro que marcaba su valor simbólico, fue mutilado bajo la excusa de que “la molestaba” al caminar por el lugar.
La empleada, que se desempeña en el Banco de Sangre del hospital, alegó tener “conocimientos de poda” y justificó su acción en un supuesto roce con las ramas durante sus desplazamientos diarios. Sin embargo, esa explicación fue rápidamente desmentida: en las inmediaciones del árbol no hay caminos internos de cemento ni trazas que obliguen a transitar cerca del ejemplar. Además, las imágenes de la mutilación evidencian un daño severo, alejado de cualquier técnica profesional de poda.
El caldén, especie emblemática de la flora pampeana, había sido plantado en 2006 como parte de los festejos del centenario del hospital. Su emplazamiento y la instalación de un cerco de hierro buscaban garantizar su cuidado y preservación como símbolo institucional.
Frente al hecho, la Dirección del Hospital inició un sumario administrativo y notificó a las autoridades del Ministerio de Salud de la provincia. Pero la situación podría escalar aún más: personal administrativo comenzó gestiones ante la Municipalidad de General Pico para determinar si hubo violación al régimen de protección arbórea vigente.

Posible sanción
Según se supo, la Municipalidad debería evaluar si corresponde autorizar o no la intervención sobre un ejemplar de este tipo. De constatarse que se trató de una poda no autorizada, la infracción podría derivar en una denuncia ante la Justicia Contravencional. En ese marco, se aplicaría el Código Provincial de Faltas, que prevé sanciones que incluyen multas económicas, las cuales se triplican cuando el responsable es un agente del Estado.
Ahora, la Justicia contravencional podría intervenir para determinar si la acción de la empleada configura una falta sancionable. En paralelo, el sumario interno buscará establecer las responsabilidades administrativas, mientras se espera una postura oficial del municipio respecto a la eventual infracción.

Indignación y bronca
Desde la comunidad hospitalaria se expresó indignación por lo sucedido, tanto por el valor patrimonial del árbol como por la falta de consulta o autorización previa. La situación generó fuertes críticas en redes sociales y reavivó el debate sobre el cuidado del patrimonio natural y los espacios institucionales.
La bronca se multiplicó en los empleados del nosocomio que, además de sus tareas, hacen su aporte para conservar uno de los predios mejor forestados de General Pico.
En ese sentido, recientemente se pidió el municipio que intervenga sobre algunos pinos añejos que habían sufrido daños por fuertes vientos. Prueba del cuidado y embellecimiento del lugar es también el jardín de cactus y otras especies que armaron alrededor de los cajeros automáticos de la calle 17, convirtiéndolo en un espacio único en la ciudad.
El caso, que comenzó como un acto aislado, podría terminar con consecuencias disciplinarias, administrativas y judiciales.