dPosta – Los hechos de violencia registrados la semana pasada en El Salvador, que incluyó peleas de alumnas y amenazas de una familia a directivos, generaron preocupación y se visibilizaron a partir de la aplaudida que los profesores organizaron el lunes frente a la institución. Aunque la movida no contó con el apoyo de UTELPa, y sí del Sitep, el Ministerio de Educación se vio obligado a dar respuestas inmediatas e iniciar un proceso de diálogo con los trabajadores del colegio secundario.
Los mismos profesores confirmaron que, luego de la aplaudida, lograron entrevistarse con el delegado ministerial Ladio Scheer Becher, un asesor legal y una referente de los Equipos Técnicos de la provincia.
Los funcionarios de Educación aseguraron en ese encuentro que ya habían tomado medidas, entre ellas la protección a los directivos y sus familias amenazados por los progenitores de una alumna. Por otra parte, indicaron que están al tanto de las acciones judiciales iniciadas a partir de las denuncias radicadas desde el Colegio y, ante la gravedad de lo ocurrido, dispusieron enviar a El Salvador un agente policíal y un portero para que se encarguen del control de los accesos del establecimiento educativo.
Tras escuchar a los funcionarios del Ministerio, el plantel de docentes insistió en que son necesarias otras acciones a mediano y largo plazo que apunten a una solución de fondo.
Entre otras cuestiones, demandaron la creación de nuevos cargos en las escuelas, que cada institución cuente con un equipo técnico propio para la prevención y el abordaje de estas problemáticas y mayor articulación de políticas públicas con otros ministerios, como Salud y Bienestar Social.
Los profesores también pidieron una mejora de las condiciones laborales, lo que consideran como una obligación ineludible de la patronal. Finalmente, reclamaron por espacios democráticos de discusión para debatir las políticas educativas actuales.
Ante los referentes de la cartera educativa, los docentes de El Salvador insistieron con uno de los reclamos planteados en la aplaudida, que apunta a una revisión de los protocolos ante situaciones de violencia ya que, tal como funcionan, no aportan soluciones de fondo y exponen a los educadores.